sábado, 18 de abril de 2015

Amor egoísta.

Me rescataste del abismo
para lanzarme tu mismo.
Robaste mi corazón,
para después pisotearlo
sin razón.

Curaste tus propias heridas,
sin fijarte siquiera en las mías.
Decías que me amarías con
el tiempo,
y en realidad me amas a contratiempo.

Tu amor es egoísta,
y parezco un corazón masoquista.
Empezaré a caminar descalza,
para haber si el dolor de mis pies,
supera al dolor de mi alma.

viernes, 17 de abril de 2015

Me emborraché.

Promesas rotas, palabras derretidas, corazones en pedazos y palabras hirientes, ¿qué más he de soportar? ¿Qué penurias me deparas? Llévame al fin del mundo, mátame, pero acaba con esta tortura que me está consumiendo el alma.

Es doloroso, me estás quitando las alas una a una. No escuchas mis gritos, ni tampoco ves mis lágrimas. Crees que puedo soportar este suplicio, pero no sabes qué daño me estás haciendo. Es terrible.

Guardé una parte de mi corazón roto en un cajón, entre papeles y lápices envuelto en un trapo sucio. Por si acaso alguna vez me desencadeno de estas cadenas, por si alguna vez vuelvo a ser libre, puedo recuperar esa parte de corazón que aún late, que aún no duele, que no está contaminado por tu presencia.

He guardado una de mis alas en mi mesilla de noche, la pinté de negro, para mirarla por la noche y mojarla con mis lágrimas para mantenerla viva.

Mezclé mis lágrimas con alcohol y descubrí que están buenas. Me emborraché y por unas horas hasta el amanecer, me olvidé de amarte, me olvidé de sentirte y llorarte. Cuando el alba despuntó en el horizonte, todo mis tejas cayeron sobre mi y volvió la soledad, inseguridad y oscuridad, todo esto fue acompañado de una jaqueca tremenda.


domingo, 12 de abril de 2015

Esta noche, seré tuya.

Dejaré que tus manos circulen por mi piel, dejaré que observes más allá de mis ojos. Permitiré que me quites los ropajes que me cubren el alma.

Besaré tus labios de manera suave y pausada, hasta que el deseo te consuma y quieras poseerme de mil y una formas distintas.
Acariciaré tus lunares y los contaré mientras reímos. Haré caricias en tu espalda y la besaré lentamente.
Me desnudarás con fragilidad y dejarás caer mi ropa interior despacio, desnudándome ante ti.

Quitaré las ataduras de tus muñecas y pasearás tus dedos por el contorno de mis curvas. Por tu mente aparecerán miles de imágenes nuestras y morderás tu labio queriendo haciéndolas realidad.
Pasaremos toda la noche ahogando gemidos y mezclando fluidos, hasta que el sueño nos funda y nos acoja en su regazo.

Esa noche, serás mío y yo esa noche, seré tuya.