sábado, 2 de abril de 2016

Pérdida.

No entiendo las personas que dicen que te quieren, que les importas, que temen perderte, que se desviven por ti los primeros meses y que luego, luego te dejan a la deriva. Con tus problemas, con tu soledad, con tu oscuridad, preguntándote qué has hecho mal, en qué te has equivocado.

Y luego es tu culpa, porque decides irte sin avisar, sin decir adiós, sin despedirte. Tú eres la que juega con sus sentimientos, la que hace daño, la mala de la película, pero, ¿quién se para a preguntar por qué te has ido? ¿En qué se han equivocado? ¿En dónde metieron la pata? Nadie se pregunta el porqué de tu dolor, el porqué de tu indiferencia, el porqué ya no te importan, el porqué ya no te interesan. Nadie, nunca hace eso.

Ninguno de esas personas saben que tú lloraste por ellos, que te agarrabas a cualquier síntoma de esperanza con tal de no irte, que no sabías cómo actuar con ellos para que no notaran tu dolor, para hacerles creer que todo iba bien, que todo era perfecto. Y te encontrabas así, fingiendo ser feliz, que no te dolían sus descaros, su indiferencia, el sentir que no les importas, que ya no te quieren, que han de tener miedo a perderte.

Cuando deberías haberles dicho al principio: cuando dejéis de tener miedo a perderme, será cuando me habréis perdido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario